Magna presentación del Ensamble “Cigale” en el Festival Cultural Sinaloa 2015

Un deleite auditivo vivieron los asistentes al concierto Música instrumental italiana del siglo XVII, quienes se regocijaron con el programa preparado por el ensamble quebequés La Cigale, que demostró su virtuosismo en el repertorio del barroco temprano, formando parte del Festival Cultural Sinaloa 2015, Una nueva época.
El público que se dio cita en el Teatro del IMSS se transportó al siglo 17 gracias a la armonía sonora, fruto de la mezcla de la tiorba de Madeleine Owen (directora del ensamble), el arpa barroca de Sara Lackie, el violín barroco de Sai Tsuji y las flautas dulces, magistralmente tocadas por Marie- Laurence Primeau.

El programa estuvo compuesto por canciones, chaconas y sonatas de autores como Giovanni Kapsberger, Alessanro Piccinini, Giovanni Pittoni, Girolamo Frescobaldi y Dario Castello, entre otros, dando forma a una velada en la que el sello fue la belleza musical italiana.
Las piezas ejecutadas fueron Piezas para tiorba y continuo, de Giovanni G. Kapsberger (1580-1651), integrada por Preludio, Capona y Canario, y la Sonata No. 3 para tiorba, flauta y bajo continuo, de Giovanni Pittoni Ferreres (1669), en cuatro movimientos.

Luego, la Sonata prima, opus 16, de Isabella Leonarda (1620-1704), Sonata prima (de Darío Castello, siglo 17), Vanzon terza a Canto, de Girolamo Frescobaldi (1583-1643), y Diverse bizarie sopra la Vecchia Sarabanda o pur Ciaccona, de Nicola Matteis (hacia 1670- 1714), tras la cual se estableció un intermedio.

En la segunda parte, interpretaron el Capriccio detto hermafrodito, de Bellerafonte Castaldi (158-1649), Aria sopra la Bergamasca, de Marco Uccelini (1603-1680), Sonata No. 9 para tiorba, flauta y bajo continuo, de Giovanni Pittoni Ferrarese; Sonata para guitarra, flauta y continuo de Giovanni Battista Granata (hacia 1659), La Bernabea, de Giovanni Antonio Mealli (siglo 17), y la Chiaccona in partite varíate, de Alessandro Piuccionini (1566-1638), esta última, impresionante con su juego de notas encontradas.

El trabajo de los músicos canadienses fue recompensado por un nutrido aplauso y sonoras ovaciones, tanto en el intermedio como al final del concierto, que duró alrededor de una hora y 15 minutos.

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