Una historia para contar: Germán Martínez "El Ánimo"

Por: Abrahán H. Narcio

Germán Martínez, es mejor conocido por su frase que ha acuñado a través de estos últimos 6 años “Ánimo”, frase la cual repite una y otra vez con sus clientes, amigos y transeúntes, cuenta con 5 decenas de años, pero comenta que su corazón es de 30 aún. Germán nos contagió con su risa, la cual no puede dejar de pintar en su rostro y aún serio, la risa le domina el rostro.

El “Ánimo”, es originario de aquí de la ciudad, sus padres de Choix y Hornillos, estudio hasta la primaria, trabajo durante 16 años en el área de mantenimiento del extinto Ingenio Azucarero de la ciudad, de joven tuvo problemas de drogas y alcohol, los cuales después de mucho esfuerzo pudo dejar atrás. Nos platica que se canso de sufrir por las calles, andar de un lugar a otro con los vicios por delante y cuando puede habla con las personas sobre ello, le pide a los papás que estén al pendiente de los hijos, les comenta a los hijos que si su padre los regaña es porque los aman, el desea que ni una persona más sufra lo que él y lo comenta orgullosamente, como ha dejado esos vicios. Además de la venta, sabe mecánica, refrigeración e impermeabilización.

Ahora se dedica al duro trabajo todos los días en este cruce de Madero y blvd. Rosales, donde de 9 de la mañana a 2 de la tarde ofrece sus productos: Pepitorias, cacahuates garapiñados, chicles, snickers, milky way, cocadas, mazapanes, entre otros dulces, siempre estando al pendiente de lo que ocupan los clientes, metiendo productos nuevos dependiendo de la demanda.

Germán actualmente vive una relación estable, ha ganado 3 hijos a los cuales ama y da lo mejor de sí, los educa y mantiene y se siente orgulloso de ser padre.

Germán es muy querido y ha hecho muchos amigos, hay pequeños que piden regresar si “el Ánimo” no pudo decirles su frase y nos platica como ha cambiado el momento de muchos con tan solo motivarlos y con gusto ve como después de ese semáforo, muchas personas ya no son las mismas cuando menos esos momentos, ya que, de ir desalentados, derrotados a veces tras el volante, con su carisma, les levanta ese “animo” para continuar su día.

Por Abrahán Narcio | Cel 6688 56 55 57