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Alejandro Bojórquez | 25 MARZO 2013

Prof. Edison Quintana de Bellas Artes en “Tardes de Concierto”

Otro espectacular concierto de talla internacional se vivió en el Centro de Innovación y Educación (CIE) la noche de este 20 de marzo de 2013 en punto de las 20:00 horas con la presentación del maestro pianista Edison Quintana, miembro del grupo de concertistas de la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Originario de Uruguay, pero naturalizado mexicano desde 1992, Edison Quintana es fundador de la Filarmónica de las Américas, pianista y arreglista del ensamble de músicos uruguayos conocidos como Camerata Punta del Este, y pertenece al grupo de concertistas de Bellas Artes desde el año 1987.

La calidad de este gran pianista, quien a la vez es una persona sencilla, amable y expresiva, se dejó ver durante la agradable velada musical que ofreció a decenas de mochitenses que se dieron cita en la Sala de Diálogos del CIE para disfrutar este recital.

Edison Quintana abrió su concierto recordando al compositor mexicano Felipe Villanueva (1862-1893), de quien este 2013 se conmemoran 120 años de su fallecimiento, con la interpretación del tema Minueto. No sin antes expresar su admiración por este compositor nacional que floreció en la época del porfiriato, y a quien calificó como uno de los talentos musicales más extraordinarios de su tiempo.

Para continuar con su repertorio, el maestro Quintana ofreció luego el tema Rapsodia negra. Bella composición sobre la que dijo se nota la influencia latina de su compositor, el cubano Ernesto Lecuona (1895-1963) homenajeando también su memoria porque en este 2013 se cumplen 50 años de su deceso.

Ya en la dinámica de conmemorar de forma póstuma a grandes compositores de piano, tocó el turno al ruso Serguéi Rajmáninov (1873-1943) a quien se le recuerda este 2013 por sus 70 años de fallecimiento. Y que fue homenajeado en este concierto por el maestro Quintana con la ejecución del tema “Polichinelli”.

La primera mitad de este recital concluyó con la obligada interpretación de las obras del gran compositor polaco Frederic Chopin, a través de lo que el concertista señaló como 3 de sus obras más “guerreras”, para destacar la calidad musical de este excelso compositor de quien, dijo, se tiene normalmente una idea muy “lírica”, “tranquila” y “falta de fuerza”.

De este modo interpretó primero la composición Estudio op. 10 núm 12, mejor conocida como “Revolucionario”; seguida de su Polonesa op. 40 núm. I, llamada posteriormente “Militar”; y finalmente la Polonesa op. 53 que después fue conocida como “Heróica”.

Tras un breve intermedio, el artista regresó al escenario para interpretar la última parte de su repertorio, que fue compuesta para homenajear al que señaló como “padre de los pianistas”: Franz Liszt (1811-1886). Pero antes de esto ofreció la interpretación del tema Gnosiénne núm 1 del compositor francés Eric Satie (1866-1925) a quien también quiso recordar por su sentido minimalista, pero extraordinario, de componer bellas obras musicales.

Finalmente tocó el turno para el homenaje a Liszt, compositor húngaro y virtuoso pianista considerado por muchos como el más grande de todos los tiempos, a quien Quintana homenajeó interpretando primero la composición Nocturno núm. 3 conocida como “Sueños de amor”; seguida de la transcripción de Liszt de la “Paráfrasis” de la ópera Rigoletto, compuesta por Giuseppe Verdi (1813-1901).

Esta cualidad de Liszt, de transcribir obras musicales al piano mejorando incluso su composición original, fue comentada por el concertista del INBA poco antes de concluir su recital, mismo que cerró con la pieza “La Campanella”, joya de la capacidad compositora del pianista húngaro que adaptó de la última parte de un concierto de violín del compositor italiano Niccoló Paganini (1782-1840).

En cada una de sus ejecuciones musicales, Edison Quintana demostró gala de técnica y virtuosísimo. Pero sobre todo, mostró una gran pasión por la música y un profundo respeto por los grandes compositores que dedicaron su vida a transmitir profundas emociones a través de las notas musicales. Esfuerzo llevado a cabo con esta magistral noche de piano, que fue sellada con el aplauso del público asistente, que despidió al artista de pie para agradecer su entrega en el escenario.

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