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Hace poco menos de una semana que leí una nota en internet que narraba la historia de Xu Lizhi, un joven chino (de los muchos) que se suicido, salió de su pueblo, en la provincia sureña de Cantón, para hacer lo mismo que millones de sus compatriotas: probar suerte en alguna de las ciudades industriales más pujantes de China.

Fue en 2011 cuando llegó a Foxconn. Esta empresa taiwanesa, una especie de "El Dorado" para miles de ciudadanos pobres de China, se encarga de ensamblar los productos tecnológicos de más éxito en el mundo. Manufacturan los dispositivos de Apple, HP, Dell, Motorolla, Nintendo, Nokia y Sony.

Lizhi formaba parte de la nueva generación de obreros explotados de China: jóvenes que han recibido una educación y han crecido en condiciones menos duras que sus padres y abuelos. Para ellos, que viven el ascenso de su país a los primeros puestos de la economía mundial, la línea de montaje resulta incluso más dura y alienante. 

Es impresionante enterarte de que una de las empresas de ensamblaje más exitosas a nivel mundial, es aquella que también tiene el mayor índice de suicidios por parte de sus trabajadores.

Ante esto, la BBC dio a conocer una investigación que está causando revuelo a nivel internacional; un documental  en el cual se puede ver el verdadero proceso de producción y manufacturación que hace de Apple una de las marcas más caras del mundo.

BBC llevó a cabo una investigación en una fábrica de productos Apple en China y en Indonesia, en la cual se revelaron las verdaderas condiciones extremas e infrahumanas de empleo, sobre todo las de los niños que ponen en riesgo sus vidas. Según la investigación, en Indonesia los menores de edad sacan estaño de pozos de barro, donde los deslizamientos de tierra pueden cobrar sus vidas.

En secreto, el equipo que realizó la investigación, filmó a empleados de la fábrica en China y descubrió que Apple de forma rutinaria violaba los derechos de los trabajadores. El reportero vio cómo los obreros tenían que trabajar 18 horas al día sin descanso, muchos de ellos fueron grabados dormidos en sus puestos.