A partir de esta semana, tomamos a la Torre Residencial San Bernardo para incluirla en nuestra imagen, como icono de la ciudad en lo que se ha convertido.
Por ello, hemos recopilado imágenes y esta información periodística de Internet para mostrarte su historia, quien la hizo y algunas singularidades.

La Torre San Bernardo, una locura hecha realidad
Hace 15 años, Bernardo Cárdenas, tuvo la idea de hacer una gran torre en la ciudad
Por: Milagros Flores\Debate Julio 2008

En Los Mochis, hace 15 años, Bernardo Cárdenas, tuvo la idea, tildada por muchos como locura, de hacer una gran torre que se erigiera como todo un centinela en la ciudad. Un coloso de 17 condominios con un valor estimado de 500 mil dólares cada uno, y que a pesar de las dificultades, y con ayuda de su hijo Bernardo Xavier Cárdenas, se convirtió en el edificio residencial más alto del noroeste de México: la Torre San Bernardo, ahora un ícono del norte de Sinaloa.

Su ambición era hacer de una ciudad pequeña como Los Mochis, una ciudad grande y de primer nivel en cuanto a la construcción. Por ello hizo también el Fraccionamiento la Herradura y el Raquet Club de la ciudad, dos obras que junto a la Torre San Bernardo han marcado tendencias en el estado. Con esta última, Bernardo Cárdenas y su hijo del mismo nombre, ganaron en el 2003 el premio a la mejor obra a nivel estatal.

¿Cómo conciben la idea de hacer una torre?
Mi papá es un hombre al que siempre le ha gustado la construcción, nosotros crecimos una gran parte de nuestra vida en obra. Él siempre ha sido un constructor nato en todo lo que hace, un apasionado. Nunca ha tenido una instrucción arquitectónica ni de ingeniería. Eso lo trajo a Los Mochis a desarrollar los tres proyectos más importantes que creo que vinieron a marcar una diferencia en algunos sentidos en la ciudad.
Lo primero, fue que formó un grupo de amigos que se llamó Pioneros del Valle del Fuerte y desarrollaron el primer fraccionamiento con características de primer nivel en Los Mochis que fue le fraccionamiento de la Herradura, junto con Raquet Club de los Mochis. El grupo se desintegró y mi papá compró todas las acciones y siguió con la operación hasta que consiguió hacerlo. Se pararon dos lotes en los que él empezaba con la locura de hacer dos torres. Esto porque él se fue a los 16 años de la ciudad de los Mochis a Culiacán, y de allí a México y se acostumbró al desarrollo.
Venía cada seis meses o cada año a Los Mochis y soñaba con aportarle algo a esta ciudad, quería ver aquí algo de lo que miraba allá. De repente, se le ocurre construir una torre en una ciudad totalmente plana, donde si había algo, era superficie para construir.

¿Cuando se empezó a construir la torre?
A finales del '93 y a principios del '94. Ese año se detuvo con la devaluación. Se viene la devaluación y las cosas se empiezan a poner durísimas. De allí empezamos a vivir una serie de problemas que no nada más mi papá los vivió, sino México completo.En realidad, en este tipo de economía, cuando hay devaluaciones mucha gente ganaba, pero la del '94 fue la excepción, hubo mucha gente que perdió. A mi papá se le vinieron problemas muy fuertes y tuvo que parar la obra. La torre estaba prácticamente terminada en lo que es su estructura de acero, y se vino el ciclón Ismael. El edificio iba a ser de 21 pisos y, cuando llega ese fenómeno, no sujetaron bien la estructura de la torre y tumbó la grúa del edificio. No hubo más pérdidas afortunadamente que un par de camiones que quedaron enterrados en los terrenos aledaños a la Herradura, sin embargo, se cimbró el fraccionamiento.

¿Qué es lo que hicieron para sobrellevar la crisis?
La torre no podía estar sin mantenimiento y no había dinero. Entonces se empiezan a dar la tarea de buscar el cliente, para venderla. Lo que se pedía era menos de lo que estaba invertido en la construcción. El objetivo era tener dinero para pagarle a los bancos y empezamos la labor de promoción para venderla. En aquellos tiempos me tocó estar con mi papá en una comida con un alto ejecutivo de una cadena hotelera en la Ciudad de México, y llegó a firmar un contrato de compra-venta. La torre iba a tener un promedio de 150 habitaciones. Ya tenía nombre, presentaron proyectos, eso fue alrededor del año 2000, cuando Francisco Labastida estaba contendiendo. Esas personas inteligentemente pensaban que si Labastida iba a ser el próximo presidente de la República, el lugar donde tenían que invertir era en Los Mochis, porque todas las ciudades de los presidentes se desarrollan por amor a la tierra, pero se caen las elecciones y mejor se retiraron. Mi papá tomó los proyectos y se lo ofreció a otro grupo hotelero, dijeron que sí y también se retiraron porque se vendió la cadena a otras personas. Mi papá, en ese entonces, ya había arreglado la mayor parte de sus problemas económicos y decidió seguir adelante con su proyecto de tener una torre de condominios. En el 2001, empieza a hacer movimientos, da instrucciones de que se le empiece a dar mantenimiento a los pisos e inicia a tomar decisiones.

¿En qué momento es cuando usted entra en acción con la torre?
En diciembre del 2001 mi papá me platica del proyecto, me dijo que ya había avanzado y que decidió ceder la obra. Me preguntó que si cómo me estaba yendo. Le dije que tenía un las cosas un poco atoradas. Me preguntó si no me vendría a Los Mochis unos seis meses o un año a vender la Torre. Tenía una lista de clientes y precios, y me ofrecía un buen porcentaje. Me vine a Los Mochis y encontré que la estructura apenas llevaba recubierta el 40 o 50 por ciento del acero y me dije: esta obra no la van a acabar en seis meses y va estar en chino, pero sí la vendo. Me regresé al D.F. y cerré mi negocio y me vine con mi familia, supuestamente sólo seis meses. Llegué el 2 del febrero del 2002 y sigo aquí, ya voy a cumplir 7 años.

¿A quiénes se acercó al principio para vender los condominios?
Me acerqué a los principales empresarios a quienes en el '94 se les había hecho pre-venta. Pero para esto ya se había hablado mucho de la Torre y decían que era el fracaso más grande del mundo, pero la frase que escuché y que me gustó es que era 'la zopilote más grande del mundo'. Sólo una persona de las que ya había entrado en la compra en 1994, dijo que seguía adelante. Hicimos un intercambio comercial con él y nos empezó a pagar con fierro, cables, tubería y todos los materiales que su tienda vendía.

¿Quién fue el primer inquilino que tuvieron en la Torre?
Orgullosamente es un gran amigo, nos tuvo mucha fe, supo que era una locura que mi padre iba a lograr. Todo mundo le decía a mi papá que estaba loco, que era un ególatra, que nada más lo hacía como un monumento. Nos tocó una vez que un amigo nos dijera que nos iba a comprar toda la torre para tumbarla y a mi papá le 'picaban' en el alma. Sólo esa persona que fue el primer comprador creyó. El fue Mario López Valdez, un gran amigo.

¿Qué año podría decir que la Torre ya estaba vendida en un 50 por ciento?
¡El mes pasado! Pero bueno, es un producto muy diferente. En ese inter se han vendido alrededor de 200 ó 300 casas, es algo único. Nosotros no vendemos sólo un espacio para vivir, sino seguridad, vista con una panorámica increíble. Tenemos la oportunidad de ver el Farallón desde arriba. Este es un producto muy escaso y no creo que haya otro loco que quiera hacer aquí lo que nosotros hicimos.

¿Sólo estaba comprometido con la venta de los condominios?
Una vez estábamos recargados en uno de los balcones de los departamentos y se me ocurrió poner unos números hasta arriba de la torre, un número cien. Llega mi papá y me preguntó que si qué hacía y le respondí que me comprometía a entregarle la obra en cierto tiempo. Yo llegué a vender y ya estaba comprometido en la obra. Me dijo: "estás loco", y le respondí: "no más que tú, si estamos aquí es porque tú tuviste la locura de crear esto, pero en 100 días tu locura será una realidad". Tuve una idea, bajé y le dije a un diseñador que me hiciera un slogan que dijera: Torre San Bernardo, una locura hecha realidad.

¿Por qué juzgar a la Torre San Bernardo como una locura?
Porque si mi papá hubiera hecho esa obra en Acapulco, Ixtapa, Los Cabos, en el D.F, se hubiera teminado en dos años. Y si hubieramos sido nosotros hubieramos hecho unas diez porque sería un buen negocio en esas ciudades.

IDENTIKIT
Nombre: Bernardo X. Cárdenas.
Nació en: Los Mochis, Sin.
Esposa: Nalleli García Villegas
Sus padres: Marcela Soto y Bernardo Cárdenas.
Hijos: 3, Regina, Bernardo y Luisa Fernanda
Estudios: Administración de empresas
Negocios: Además de la Torre San Bernardo, tiene Kitchenex y Tendenzias, empresas en las que comercializa cocinas importadas de diferentes partes del mundo
EN PALABRAS DE BERNARDO CÁRDENAS, PADRE

¿Por qué hacer una obra de esa magnitud en LM?
Mi deseo siempre ha sido hacer de Mochis algo grande. Estoy muy orgulloso porque cuando inauguré la Torre, era la más grande desde Guadalajara hasta Tijuana. Nos ha costado hacer que la gente venga a vivir a la Torre, porque aquí aún no hay una cultura habitacional en condominios, y sin embargo, ya se está logrando, de tal manera que de 17 departamentos ya habitamos 11. Cuando hice el trazo del Fracciona-miento de la Herradura dejé dos esquinas libres, porque planeaba hacer dos Torres que serían como los dos centinelas de este lugar. Cuando nos 'pegó' la devaluación en el '94 paramos la obra. Estó nos sirvió para darnos cuenta de que Mochis no estaba preparado para tener una más.

¿Descarta la idea de hacer otra torre?
No, tal vez no la haga yo, pero mi hijo Bernardo sí. Ahora estoy muy metido en la construcción y estamos experimentando en las Vegas, Nevada. Es una ciudad que está creciendo mucho; ahí se están terminando 85 mil cuartos y cada uno requiere alrededor de seis personas en todos sus servicios, hablamos de 400 mil empleos nuevos. Estamos en stand by por la crisis hipotecaria que vive EE.UU, pero esperamos a que se reactive la economía de Estados Unidos porque ahora no hay mercado para vender casas de 350 mil dólares a 500 mil.

¿Cuándo podrían reactivar la construcción en EE.UU?
Creemos que a partir del 20 de enero, ya que se tenga al nuevo presidente, porque se piensa que habrá un repunte en la economía, dado que el presidente Bush, viendo que ya va de salida, ha frenado mucho la economía para los otros proyectos que tiene.